Confieso que no he comprado, como otros supongo han hecho, y por tanto ni he leído ni como mucho hojeado u ojeado el tan anunciado, a fin de cuentas, libro del doctor Sánchez Pérez-Castejón (del cual sólo tengo algunas referencias aparecidas en los medios de comunicación social), producto a cuatro manos, como él mismo ha declarado, que como se sabe ha resistido en la Presidencia del Gobierno de España, a tenor, al parecer, de lo que en aquel se indica, aunque no persistido, en puridad de concepto, y por tanto menos de lo que suele durar un embarazo.

Como también he colegido de sus expresadas y publicadas aseveraciones que el partido político que encabeza hoy día poco se le puede relacionar o encuadrar, a los efectos pertinentes, con aquella nación y aquellos ciudadanos de cuando era capitaneado por los hoy jubilados de esa formación, que junto a otras no socialistas, de distintos pelajes, les cupo la tarea, esa sí que resistente y tenaz, de realizar, con el concurso indispensable de una gran mayoría de la sociedad española, la transición, nada fácil, del régimen autocrático y dictatorial a la democracia. Sin embargo, si no fuera el citado personaje tan aconsejado por la vanidad y la arrogancia, siempre unos pésimos vaticinadores colaborantes, debería tomar en importante consideración las advertencias y el siempre experimentado y sapiente consejo de sus mayores, de aquellos que le precedieron en la dirección del partido que actualmente cree dirigir, herido, a su pesar con relevantes deserciones.

Obviamente, todo ello, no es más que una clara operación de propaganda electoral extemporánea, desde la bien cómoda atalaya que le proporciona y facilita la ecuación diofántica de la todavía presidencia del gobierno; un reclamo dirigido, principalmente, a la captación del voto de sus adictos y de la izquierda que place por abandonar el extremismo ineficaz de la radicalizada, fieles, conmilitones y otros simpatizantes agradecidos. Un revés para aquellos que, incautamente en su día y sin conocerlo bien, le quisieron descabalgar de su averiada montura.

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho