El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó el jueves 19 de noviembre la Lomloe o Ley Celaá, cuyo principal objetivo es revertir la Lomce, aprobada por el PP en 2013. Como vemos, cada legislatura pronto cambia la ley de educación en virtud de los objetivos del gobierno entrante, creando un maremágnum de confusiones que afectan sobre todo a profesores, alumnos, y a la sociedad. Decía García Lorca en una conferencia (1931): «Dime qué hablas y te diré cómo eres» (1931) , siempre daba sus conferencias escritas y leídas para que quienes no pudieran oír las leyeran. La Ley Orgánica ha sido objeto de numerosas críticas en las últimas semanas por sus planteamientos, como el referido a la supresión del castellano como lengua vehicular, la promoción de curso con asignaturas suspensas o sus propuestas para la educación concertada y especial. Me voy a centrar en la parte de la Educación Especial, en la cual tuve la suerte de trabajar, en Diputación con alumnos con discapacidad auditiva, mental incluso con discapacitados profundos que aun existe. Y tuve la mala experiencia de asistir, a principios de los años 90, al desmantelamiento de sus aulas de educación específica en nombre de la integración, terminando así con la segregación. Las consecuencias fueron que en la educación ordinaria no podían adaptarse por cuanto que los centros no estaban preparados para la educación que necesitaban, por lo que dejaban de asistir a clase y quedarse en sus casas, aumentando aun más la segregación. Las propuestas de la Ley Celaá para la educación especial, se refiere a los centros de educación especial en la disposición adicional cuarta, que establece que «el Gobierno, en colaboración con las administraciones educativas, desarrollará un plan para que, en el plazo de diez años , los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender al alumnado con discapacidad». ¿Por qué ha sido objeto de polémica? La plataforma Educación inclusiva sí, especial también , formada por personas con discapacidad intelectual, familiares y docentes, ha pedido que se retire de la Ley Orgánica esta disposición cuarta porque, a su juicio, «está redactada de manera ambigua y abre la puerta a que las comunidades autónomas vacíen los centros de educación especial de alumnos para, progresivamente y en el plazo de una década, transformarlos en centros sin apenas alumnado, pues no se prevé ningún incremento del gasto en los centros ordinarios para hacer efectivo el contenido de la disposición cuarta». Por tanto, si no hay dotación económica y se quiere que los 181.000, alumnos con distintos niveles de discapacidad se integren , habría que, primeramente, mejorar los recursos materiales y de personal cualificado en los centros ordinarios, y no empezar a construir la casa por el tejado. Siguiendo a García Lorca, si no es así, no adquirirán lenguaje, ni aprenderán a leer, hablar ni escribir y por tanto pensar a su nivel, no sabremos cómo son, son invisibles , excluidos y no incluidos. Espero que no sea así.