Como no querían reformar ni legislar en caliente, ahora van a tener que reformar y legislar en caliente, y seguramente también de la cadena perpetua volverá a hablarse.

Cuando Ana Julia Quezada mató al niño Gabriel no era cosa de legislar en caliente, según los progres. Ana Julia es mujer, negra, inmigrante, dominicana, y Gabriel solo un niño andaluz de ocho años, sería a lo mejor por eso. Cuando el Chicle mató a Diana a Quer no se podía legislar en caliente, según los progres. Cuando mataron a Sandra Palo, o a Marta del Castillo, no se podía reformar ni legislar en caliente. Tampoco cuando el crimen de las niñas de Alcasser, ni en tantos y tantos casos: los progres, a los que se les puede suponer que odian el delito, siempre parece que compadecen más al delincuente que a las víctimas, anteponiendo una hipotética y dudosa rehabilitación a la certeza del daño producido, a la realidad de la humillación de la víctima, porque la rehabilitación se produce si es posible, y por supuesto que es necesario intentarlo con los medios precisos, pero lo que es absolutamente imprescindible es apartar de la calle a los delincuentes una temporada, larga o corta, para que no delincan y dejen en paz a la gente. Porque aunque ni siquiera cárcel temporal ni la cadena perpetua son garantía ni tienen la capacidad de servir de ejemplo, coacción o desmotivación a futuros criminales, sí tienen el valor de quitarlos un rato de la circulación. Pero con el caso de La Manada los progres se han soliviantado --y no les quito razón, pero una razón igual que en los casos anteriores en los que no se manifestaron--, lo mismo que la gente de la calle que también se soliviantaron con los crímenes citados, y alguna vez el vaso se tenía que desbordar con esta última gota que lo colma. Ahora los progres se van a tener que comer sus palabras (ya se las están comiendo, ya lo propugnan Iglesias, Sánchez) de no legislar ni reformar en caliente. Como siempre, la derecha, a rastras de su complejo de inferioridad, al ver la postura ajena ahora sí se decide a legislar y a reformar, tarde y mal, menos mal que no nunca. En caliente, como siempre fue necesario.

* Profesor

@ADiazVillasenor