Dos gravísimos accidentes de tráfico en apenas una semana han traído el luto a Córdoba, con tres fallecidos y dos heridos, todos en la carretera N-432 Badajoz-Córdoba-Granada a su paso por nuestra provincia. Lo ocurrido pone el acento en las reivindicaciones, que se remontan a dos décadas atrás, sobre la conversión de la N-432 en autovía, la A-81, que sigue sin formar parte de los planes de inversión del Gobierno. La N-432 se incluye en los puntos negros del tráfico en la provincia, especialmente el tramo en dirección a Granada, en el que abundan los accidentes y que atraviesa municipios de fuerte actividad, con gran movimiento de vehículos en un trazado abundante en curvas, con salidas de explotaciones agrarias y, en su primeros kilómetros, con las instalaciones del vertedero de El Lobatón. A los riesgos para la seguridad se suman razones de peso para reivindicar la A-81, ya que una vía rápida entre Badajoz y Granada supondría una articulación del territorio beneficiosa para las comunicaciones y actividad entre Andalucía y Extremadura, reduciendo el aislamiento de varias comarcas y generando intercambios nuevos, al no estar determinado el trazado por criterios de centralidad territorial. Un objetivo razonable y razonado para el que nunca hay fondos públicos y que, como ha subrayado el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, no puede seguir esperando eternamente. No hay excusas.