Y para todas, en concesión al lenguaje inclusivo, que se va haciendo necesario aunque esté dotado de un cansino efecto multiplicador (de las palabras) doloroso para los amantes de la economía del lenguaje. Sea, pues, y continuemos.

José María Bellido es, como alcalde, un melón sin catar, si se me disculpa la expresión. Como concejal, como titular del área de Hacienda del Ayuntamiento cuando era alcalde José Antonio Nieto, como portavoz de la oposición a partir del 2015, lo hemos visto durante muchos años tenaz, sereno, trabajador, educado y poco dado a ser faltón en sus expresiones -esto hoy día se agradece mucho, y, si se fijan, se da en muchos alcaldes-, y ahora todo indica que está muy ilusionado con la Alcaldía y que, pese a su precaria situación -ese voto de Vox que le hace falta- trae una mochila de proyectos y el ambicioso objetivo de hacer un «plan de ciudad».

En la conferencia que ofreció en Los Desayunos de Diario CÓRDOBA, aparte del «gancho» informativo de descubrir las 3.000 licencias atascadas en la Gerencia (dato desmentido y aminorado por el anterior presidente de Urbanismo, Pedro García), en línea con la política seguida por el gobierno de Juanma Moreno de descubrir ineficiencias y asuntos sin resolver en la Junta de Andalucía, planteó sus objetivos hacia una ciudad inclusiva y en la que se cuente con todo el mundo para alcanzar acuerdos y avanzar.

Por ejemplo, ha ofrecido a los sindicatos y al movimiento ciudadano un acuerdo para crear consejos asesores ahora que se han quedado fuera de las empresas públicas municipales. No es lo mismo aconsejar que decidir, pero a ver qué dicen UGT y CCOO sobre ese pacto por las empresas públicas que propone. De momento, hemos visto a Bellido entrevistarse con prácticamente toda institución, organización o colectivo, desde el rector a los sindicatos, con la excepción del Consejo Social de la Ciudad y su presidenta, Mª Dolores Baena, quizá porque no tenga claro si va a promover cambios en este órgano consultivo del Ayuntamiento y por eso lo deja a la cola de las citas. Ahora, en vacaciones, tendrá tiempo de pensar en sus estrategias y en cómo conseguir tender puentes en una ciudad compleja en la que, evidentemente, le resulta más fácil entenderse con el Cabildo que con el Centro Social Rey Heredia. Tampoco su antecesora, Isabel Ambrosio, abrió todas las puertas. Todavía es pronto, el aterrizaje no ha concluido, pero los primeros gestos son importantes. Veremos si Bellido consigue esa armonía y concierto que puede ser una palanca para la prosperidad.