No por esperado es menos decepcionante. El candidato a la presidencia de la Generalitat ofreció «diálogo», pero con un discurso excluyente y radical que insta de nuevo al incumplimiento de la ley desde las instituciones catalanas con el objetivo de mantener «vivo» al expresident Puigdemont. Un relato de falsos agravios que no mira hacia un futuro de reconciliación en Cataluña.