La investigación tiene por objetivo ampliar el conocimiento y la innovación puede implicar tanto garantizar la calidad de la investigación básica como la transferencia de los resultados de la investigación en su faceta aplicada. Estas tres concepciones son esenciales para resolver a medio y largo plazo la pandemia del coronavirus que azota al mundo. En estos momentos angustiosos surgen muchas preguntas al respecto, que se tratarán de responder, cada una con sus variados matices.

¿QUÉ?

Además del estudio del propio patógeno, sus mutaciones, su estabilidad, etc., los objetos de la investigación-innovación para atajar el coronavirus pueden ser muy variados. Desde respiradores más eficientes, automáticos y portátiles, hasta medicamentos o cócktail de los mismos para curar a los infectados, pasando por EPIs (equipos de protección individuales) diferentes, más baratos y eficientes, ya que hay margen para ello. La fabricación de tests amigables y rápidos, así como su fiabilidad es otra diana investigadora que debe preocupar a los científicos. La preparación de vacunas universalmente asequibles y baratas es más bien un reto a largo plazo para evitar otra pandemia o la repetición de la misma. También son importantes las contribuciones estadísticas que ayudan a tomar decisiones, aunque su abuso desconcierta a los ciudadanos.

¿CÓMO?

Esta cuestión tiene múltiples connotaciones y, por tanto, respuestas.

--Enfoque multidisciplinar: no solo médicos y biólogos sino químicos, físicos, ingenieros, etcétera. En este crisol multifacético es donde se cuecen las innovaciones eficientes.

--Conexión biunívoca, amigable y eficiente entre laboratorios de investigación y hospitales para la transferencia de conocimiento y tecnología, evitando los compartimientos estancos.

--Internacionalización con grupos extranjeros con experiencia sobre la temática.

--Priorizar la transferencia útil de los avances científicos respecto a las publicaciones científicas.

--Aumento significativo del personal contratado. Existen muchos científicos jóvenes de gran valor parados o subempleados. En todo caso, siempre con las EPIs imprescindibles para trabajar.

--Reconversión urgente de laboratorios biomédicos que estudian una gran variedad de patologías para que se centren en la lucha contra el coronavirus.

--Exigir el máximo respeto y la no manipulación de la información científica y técnica por intereses personales o políticos. Se recomendó técnicamente hasta la saciedad evitar aglomeraciones, y el día 8 de marzo se realizó en toda España una manifestación de 120.000 personas, así como varios eventos deportivos y reuniones políticas.

--Buscar un difícil equilibrio entre la independencia del laboratorio y las demandas de información conveniente para los gobernantes.

¿CUÁNDO?

Pregunta de respuesta obvia. Ayer como dicen los castizos. Han pasado muchas semanas con investigación al ralentí. La UE ya ha montado cuatro o cinco consorcios para investigar el virus en los que participan activamente grupos españoles. ¿Se ha traspasado ya el dinero a centros españoles?

¿DÓNDE?

Donde exista una mínima infraestructura de calidad para la investigación. Debe apostarse por el talento más que por la fama de algunos centros españoles. El Ministerio debe ser consciente que la investigación innovativa proviene de mentes preclaras estén donde estén. Hay que buscar la innovación (rotura de fronteras y paradigmas, creación de nuevas ideas y rutas, etc.) en la investigación básica. Sería un error repartir los míseros 30 millones de euros entre los 4 o 5 centros o laboratorios famosos. Hay que apoyar el talento esté donde esté.

Por mucho que insista el Gobierno, el binomio investigación-innovación no ha tenido el lugar protagonista lógico y racional que debía haber tenido en esta crisis y se ha utilizado a veces como pantalla. Tres hechos lo corroboran: A) La no incidencia de las recomendaciones científicas contrarias a los intereses en las tomas de decisiones; B) La exclusión del ministro Duque del grupo reducido del gobierno que gestiona directamente esta crisis; y C) La ridícula subvención de 30 millones de euros de los 200.000 millones (0,015%).

Se propone aquí una estrategia diferente a la que sigue el gobierno para que la investigación y la innovación tengan la importancia que deben tener en esta pandemia. Cuanto más tarden en darse cuenta de esta estrategia obvia, más durará este calvario de confinamiento, stress poblacional y desconcierto de los dirigentes.

* Profesor jubilado de la UCO