La Fiscalía pide cinco años de cárcel para el director de un yacimiento arqueológico de Álava al que acusa de falsificar unos grafitos escritos en cerámica y asegurar después que eran prueba de que se adelantaba al siglo III la aparición del euskera y la entrada del cristianismo en el País Vasco. Eliseo Gil fue, con otros miembros de su empresa, Lurmen, quien supuestamente hizo las inscripciones, estropeando 476 piezas tardo-romanas auténticas encontradas en el yacimiento para darles «un pretendido» valor histórico «que no tenían». ¿Qué perseguía, dinero, prestigio o dar más «solera» al euskera?