El «nuevo» Partido Popular, con un insensato Casado a la cabeza, emplea un populismo rancio y temerario que nada tiene que envidiar a Trump, Le Pen o Salvini. En su búsqueda de votos, agita un fuego que puede arder con facilidad y flirtea con un discurso xenófobo a costa de los inmigrantes. Con falsedades, manipulaciones y omisiones, sostiene que España «no puede absorber a los millones de africanos que quieren venir» y que «no hay papeles para todos». Es obvio que nadie ha prometido tal necedad. Lo único cierto es que existe una grave crisis humana que Europa debe resolver en sus raíces generando estabilidad política en los países de origen y sufragando proyectos rentables que desarrollen la vida de las personas. Las irresponsables palabras del líder popular usando la inmigración para hacer oposición distancian, encienden los ánimos y no contribuyen a solucionar el problema sino que lo agravan incrementando la angustia de seres humanos que no dejarían su tierra si atisbaran un hilo de esperanza. Sin duda, Pablo Casado, debería hacer un máster --de los de verdad-- en inmigración.

Miguel Fdez.-Palacios Gordón

Madrid