Llevamos varios días con la huelga de taxi, 5 días en Barcelona y 3 días en Madrid, cuyos ayuntamientos están gobernados por Podemos y que públicamente manifiestan que se harían cargo de las competencias sobre las licencias de VTC, que ahora corresponden al Estado. Esta huelga ha puesto sobre la mesa varias cuestiones, la principal que el sector monopolizado del taxi se ve amenazado por unas compañías más modernas con plataformas digitales, siendo más que justificable que se pongan en huelga y reclamen una regulación en que la libre competencia en el sector de movilidad de clientes en vehículos sea en igualdad de condiciones y reglas, postura perfectamente defendible y donde tienen que dirigir todas sus fuerzas. Pero también han aparecido otros temas de carácter legal con lo que es difícil contentar a ambas partes en conflicto. Por una parte, ya hay una concesión legal de licencias a VTC que no se les pueden quitar, y una limitación de concesión de nuevas licencias con el consabido porcentaje 1/30 (una de VTC por 30 de taxi). Y por otra, la transferencia de las competencias en materia de movilidad de este servicio de transporte de clientes del Estado a las comunidades autonómas, para que estas a su vez en sus distintas localidades puedan autorizar una segunda licencia a VTC, de la que ya tienen concedida, con lo que se restringiría o limitaría una concesión que ya tienen reconocida. Con lo cual ambas partes tienen derecho a defender su postura, una y otra.

No sé si después de todos estos días de huelga, el sector del taxi haya salido más reforzado o no, pues han salido a la luz una serie de datos que yo al menos me tenían confundida. Por ejemplo, creí que una licencia podía costar hasta más de 100.000 € como algunos taxistas argumentaban a su favor en contra de los pocos gastos de las empresas de VTC, pero no. La licencia, tanto de taxis como de VTC, es una concesión administrativa de servicios en la que se tiene que pagar una tasa, y que aquel precio desorbitado no es por la concesión de la licencia sino por la venta de la misma que hace el titular de ella a un tercero. Suena a especulación.

El momento de la huelga tampoco creo que les haya beneficiado, porque en época de vacaciones con gran afluencia de turistas, sus servicios hubieran aumentado y con ello sus ingresos. Además, después de la actitud conciliadora del Gobierno central de hablar con los taxistas un día, otro con la patronal de los VTC y otro con las comunidades autónomas para transferirle competencias y el problema mismo, resulta que por vacaciones se aplaza la solución de todo con la creación de una comisión tripartita para septiembre, sin solución a un problema difícil. Pero a quien debe de tenerse en cuenta en todo este lio es al cliente mismo. Es el perjudicado de toda esta situación, no solo porque se ha visto privado en estos días de un servicio sino porque en todo este conflicto ni siquiera se ha preguntado a la persona de a pie qué servicio es el que quiere y cómo quiere que se le preste. Sería conveniente que en esa comisión tripartita prevista para después del verano, se atendiera a los intereses y derechos de los ciudadanos que están interesados tanto en el servicio de taxi como en el de VTC. Se podrán tener o restringir licencias, pero sin clientes, no hay servicio.

* Abogada