Hoy, 28 de julio, hace cincuenta años de la muerte de Ángel Herrera Oria, periodista, jurista, político y eclesiástico, obispo de Málaga desde el año 1947 y cardenal desde 1965 con el titulo presbiteral de la iglesia romana del Sagrado Corazón de María. Fundó, junto con el padre Ángel Ayala, jesuita, la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, fue director del diario El Debate y promotor de la Doctrina Social de la Iglesia. Tambien fundó la Editorial Católica (Edica) y la Escuela de Periodismo de la Iglesia. Y es, sin duda, una de las más extraordinarias figuras de la Iglesia de España en el siglo XX, con un legado que todavía pervive. Durante la década de 1920, desarrolló una labor incansable de proselitisimo y organización de las juventudes católicas. Cuando se proclama la II República en 1931, Herrera Oria adoptó como táctica ante el nuevo régimen su teoría del «accidentalismo», una adaptación prudente ante unas circunstancias adversas: según su doctrina, lo que importaba era el contenido y la orientación del régimen y no la forma de gobierno. Esta postura, en aquella época, crearía polémicas con otros medios como el diario Abc, defensor a ultranza de la institución monárquica. Herrera Oria destacó como periodista y abogado del Estado, y toda la experiencia adquirida la enfocaría a construir un mundo mejor, por lo que, a día de hoy, está en proceso de canonización. Herrera trabajó incansablemente para dejar un gran legado a la sociedad española: una patria más comprometida con los valores, las causas sociales y el periodismo integro y constructivo. Se cuenta de él una anécdota curiosa, tras el cierre de El Debate y los inicios del nuevo diario Ya. Se le acercó una señora, algo indignada, pidiéndole que hiciera un periódico católico, a lo que Herrera le contestó: «Señora, primero intentaremos hacer un buen periódico, y después procuraremos que sea católico». Hoy, en el 50 aniversario de su muerte, le recordamos con afecto y gratitud. Inició la pastoral obrera, alentó la doctrina social y creó en la provincia malagueña más de doscientas escuelas-capillas rurales, para la formación de niños y jóvenes. Su silueta es hoy ejemplo y estímulo.

* Sacerdote y periodista