Cien años se cumplen de la puesta en marcha de la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas (Secem), la famosa Letro, que abrió sus puertas en 1917 y que ha sido la industria más importante que ha tenido esta ciudad. Una comisión municipal se propone conmemorar el aniversario, y convertirlo al mismo tiempo en la reivindicación de un proyecto industrial y económico para la ciudad. La conmemoración --que no exactamente una celebración, por razones obvias-- abre un interrogante: ¿Que queda en Córdoba de la Letro, qué herencia ha dejado este complejo fabril en la ciudad? De los cerca de 4.000 empleados directos que llegó a tener en esos talleres que eran casi una ciudad, fue pasando, década a década, a reducir plantilla y producción, para finalmente ser vendida y dividida en diversos centros productivos, de los que hoy sobreviven dos buenas empresas, Cunext (la más importante de la provincia) y Peninsular del Latón, tras el cierre de Locsa, que encarnaba las esencias de la antigua Secem. Queda, sí, una tradición industrial, reflejada también en la vecina ABB, unos trabajadores cualificados que están entre los mejores del mundo, y un barrio creado para los obreros que ahora mismo es uno más de la capital. Quedan muchos recuerdos, protagonistas y el deseo de que Córdoba, que demostró ser una zona productiva de gran capacitación, pudiera recuperar esa industria perdida.