En la Gran Recogida de Alimentos han colaborado 160 establecimientos y 3.000 voluntarios en Córdoba. En toda España ha habido 11.000 puntos de donación y unos 120.000 voluntarios que colaboran con las 55 sedes coordinadas por la Federación Española de Bancos de Alimentos. El objetivo marcado por el Banco de Alimentos Medina Azahara era conseguir 300.000 kilos de productos imperecederos que poder repartir entre las personas más necesitadas cuando se acercan las fiestas navideñas. Lo lógico sería, en esta recta final de salida de la crisis, que semejante despliegue no fuera necesario. Pero los informes de las principales oenegés y centros de estudios sociales remarcan la persistencia de una gran bolsa de exclusión -y en la experiencia a pie de calle de organizaciones como Cáritas y Cruz Roja- y un grave desequilibrio en nuestra sociedad. La brecha de la desigualdad no se reduce, y ya acecha el riesgo de una desaceleración. Hay que elogiar la labor de los bancos de alimentos y sus voluntarios, igual que la solidaridad de los ciudadanos y la de las oenegés que hacen llegar esos bienes básicos a las familias más necesitadas... Pero no debería ser este el esquema de un país desarrollado, que debería proteger a sus ciudadanos. En estos momentos de pugna política, los dirigentes deberían estar más atentos para que la caridad no sustituya al estado del bienestar.