Cuando alguien trabaja por un objetivo y las circunstancias lo hacen imposible, la confianza decae por momentos. Pero cuando de manera inesperada ese objetivo se alcanza, la adrenalina se eleva a su máxima potencia, como lo hicieron los jugadores e incluso técnicos del Córdoba Futsal, que celebraron desbocados su triunfo en Manzanares.