El 28 de junio de 1914 el terrorista y nacionalista serbio Gavrilo Princip al asesinar al archiduque Francisco Fernando de Austria provocaba justo al mes siguiente la iniciación de la hecatombe a la que los alemanes seguidamente denominarían la Gran Guerra, cuyo armisticio se firmaría, hace ahora un siglo, el 11 de noviembre de 1918. Fue la primera vez que se utilizarían naves aéreas como bombarderos, carros de combate acorazados, submarinos y gases tóxicos y asfixiantes que masacraron a la humanidad con más de 16 millones de víctimas; unas armas letales que a continuación se hicieron aún más maléficas y diabólicas, reafirmándose aquel aserto de Plauto que sentenciaba: Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre, referida a los horrores a los que está capacitada la especie humana para dañarse a sí misma. Se derrumbaron viejos imperios, aparecieron nuevas ideologías y otras distintas y forzadas configuraciones nacionales.

Desde entonces mucho se ha escrito y hablado tanto sobre, en sí misma considerada, esa enorme conflagración como sobre sus antecedentes políticos y sociales, y sus precedentes e inmediatas y posteriores consecuencias. La fragmentación europea y el caos económico se presentaron prontamente; hasta el punto que dos décadas después se reactivaría el conflicto, sin dejar de ser a escala mundial, con el estallido de la segunda parte de aquella mala resolución internacional, cuando el reactivado ejército germano invadió el territorio polaco más que quintuplicando finalmente el fracaso y el número de víctimas.

Hoy día, al parecer, no acabamos de aprender de los errores históricos, ni de las vesanias y crímenes del pasado sean o no inmediatos. Pues vuelven por sus fueros malquistos y anacrónicos los nefastos radicalismos, el populismo, la xenofobia, la violencia y las intransigencias nacionalistas, y no hay que ir muy lejos para encontrarlos bien cerca, campando en toda la piel del longevo territorio europeo, oponiéndose a la racionalidad, a la tolerancia, a la libertad, a la igualdad, a la fraternidad y a la justicia.

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho