Al parecer algunos de los gurús catalanes, no pocos charnegos, y otros itinerantes aprendices de brujos, etc., incluidos ciertos de los que se encuentran en prisión provisional, tras su estrafalaria, nefasta y fracasada declaración de independencia regional, como varios singulares especímenes de la vernácula y ofuscada elite que se dice política, ahora, como crecida y maquiavélica respuesta a toda aquella malaventura, y para que, como algo alucinante, producto de mente cortocircuitada, el Estado negocie contra sí mismo, aunque adosándole el recado de la acción punible a la adocenada y afecta ciudadanía, aducen que ésta deje de pagar masivamente los impuestos que se le demanden.

Volviendo, siempre para variar, con el norte perdido, a meter su tozuda burra en el trigal, ajeno por supuesto. Aun sabiendo que esa región, atendidas sus satisfechas solicitudes de liquidez por el Fondo de Financiación Autonómica, creado por el Gobierno español, debe, por impagado, un ingente volumen presupuestario, o más de 78.000 millones de euros desde 2012, duplicando el consignado a la comunidad madrileña, que igualmente merece ser connotado.

Todo ello se conjunta a escala nacional con la resultante de la intitulada deuda soberana española, que en mucho ya sobrepasó el montante del PIB anual. Y, además, creciendo, cuando debía de estar menguando, si es que se ajustase debidamente el gasto público, principalmente y sobre todo el que figura en los Presupuestos Generales del Estado como coste corriente, más el improductivo, también muy cuantioso. Algo necesario de hacer, pero asunto alejado de la proximidad de las preocupaciones de los responsables de la cosa pública, pues supondría, entre otras medidas, cercenar y clausurar muchos de los montajes y vanas estructuras, o retiros, no pocos de alta gama, que se han puesto en pie para acoger a los desfavorecidos del asunto suyo, con favores pendientes de solventar, en determinados niveles de la clase política y partidaria, en sus dos ramas, derecha e izquierda, más sobresalientes, nunca plenamente conformes y satisfechas.

*Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho