La sorpresa que me produjo el otro día el anuncio de Tampax fue mayúscula al escuchar la antigüedad de ese artilugio que a los 15 años me pareció diabólico y que hoy me parece uno de los grandes inventos que ha revolucionado la vida de las mujeres. Pues sí, no yerra el anuncio y parece que fue en 1929, cuando el doctor Earle C. Haas, osteópata e inventor americano, diseñó el primer tampón moderno (con aplicador) consiguiendo la primera patente en 1931 que empezó a comercializarse con el mismo nombre que ahora. El mundo está cambiando, y de qué manera y si en algún ámbito lo ha hecho con gran agradecimiento al doctor Hass lo es en el deporte femenino en general, donde el avance y los éxitos en distintas disciplinas que se producen día a día en todo el mundo son ya imparables..! ¡Y lo que vendrá!

Quien viera recientemente jugar a nuestra selección femenina de baloncesto volver a hacer historia, ganándole a Francia (¡Qué apetecible es ver ganar a Francia siempre!) y conseguir la medalla de oro en el Eurobasket femenino, no podrá sentir menos satisfacción que si hubiera sido basket masculino. En los últimos seis años y cuatro Europeos, España y sus mujeres ha ganado tres medallas de oro.

Y qué decir del Mundial de Fútbol de Francia, donde el nivel de balompié exhibido por todas las jugadoras de los mejores equipos del mundo ha tapado muchas bocas sobre ese comentario tan incalificable de «ni es fútbol, ni es femenino»“, dejando claro que no solo lo es, sino que estamos en la apasionante antesala de un futuro arrollador.

Si Maradona se convirtió en Dios en el Mundial de Méjico del 86, este Mundial deja cuanto menos una heroína y no solo por las «pelotas» que ha jugado en el césped, sino por las que demuestra cuando fuera del campo le dirige al todopoderoso presidente de su país, Estados Unidos, unas contundentes y sinceras palabras en defensa de hombres y mujeres afrentados por su propio presidente: «Yo le diría al presidente que su mensaje excluye a mucha gente. Me excluye a mí y a gente como yo, excluye a gente de color, excluye a americanos que puede que le hayan votado», para sentenciar de esta bella manera: «Tenemos que amar más y odiar menos. Tenemos que escuchar más y hablar menos. (...) Es nuestra responsabilidad hacer de este mundo un lugar mejor».

Mujeres y hombres que cambian el mundo: gracias, Megan Rapinoe, gracias doctor Haas.

* Abogada