Arnaud Beltrame, el gendarme francés que se intercambió voluntariamente por uno de los secuestrados en el reciente atentado islamista en Francia, ha muerto a consecuencia de sus heridas. ¡Honor y gloria para él y su familia! He aquí una muestra de servicio público, llevada hasta sus últimas consecuencias. El gendarme Beltrame entregó voluntariamente su vida para salvar la de un ciudadano. ¡Ahí queda eso! En el imperio de la corrupción y de la pérdida de valores que padecemos, actos como éste protagonizados por seres humanos como él, nos dejan perplejos y abren un sendero que debería ser nuestra guía, y muy especialmente, la de todos esos representantes públicos que en lugar de servir, se sirven.