Es verdad que a veces la justicia te puede sonar, como dijo Pedro Pacheco, aquel alcalde de Jerez, a cachondeo o a broma. Se me viene a la cabeza el apelativo Zoraida --así se llama la actual secretaria de dirección del Diario CÓRDOBA-, porque desde 1981 a 1983, cuando hacíamos La Voz de Córdoba, sus redactores inscribimos en el registro oficial ese nombre como denominación de una revista que pensábamos sacar, Zoraida, porque era uno de los amores del Guerrero del Antifaz de los tebeos de nuestra infancia y un ejemplo de mujer independiente. Con el tiempo, aquellos muchachos del periódico en papel La Voz de Córdoba hemos visto cómo ese mismo nombre, con el final añadido de .es (punto.es), es un diario digital de la Iglesia cordobesa. ¿Tendríamos que habernos peleado con la familia de Zoraida por haberle puesto a su hija el mismo nombre de una de las mujeres de la vida del Guerrero del Antifaz, nuestra futura revista? ¿Deberíamos juntarnos aquellos muchachos del 81-82-83, entre otros Paco Solano Márquez, Rafael Camacho, Paco Luis Córdoba, Ricardo Rodríguez y yo, para reclamarle al obispo que La Voz de Córdoba la inventaron los miembros de aquel consejo de administración del 81, entre ellos Alfonso Castilla y José Javier Rodríguez Alcaide? Hay cosas y asuntos que la vida llega a tratar con un estilo en el que se tiene en cuenta la ley pero de un modo que no maltrate a ninguna de las dos partes. Sobre todo con el registro. Como, por ejemplo, en el caso de la revista Zoraida y de los periódicos La Voz de Córdoba, con o sin punto.es. Me refiero al caso de Ganemos Córdoba, tercera fuerza social en el Ayuntamiento, que se ha quedado fuera de las elecciones municipales del 26 de mayo por una lista que llaman fantasma. Al parecer, «ante la evidente duplicidad del nombre, que puede llevar a confusión al electorado, el juez le daba la razón a la lista fantasma al tener registrada la marca Ganemos a nivel estatal desde 2014, mientras que Ganemos Córdoba fue inscrito como partido local este mismo año 2019». La teórica marca falsa empezó a funcionar en el 2014 y ahora se mantiene con casos tan de cachondeo o broma de la justicia como el de Córdoba, con toda una familia en los primeros puestos de la candidatura re-gis-tra-da-. La justicia, en este caso, suene a cachondeo o no, va a ilegalizar --como han dicho los miembros de Ganemos en Común, o Ganemos Córdoba-- a 18.000 cordobeses que los votaron en las pasadas elecciones municipales.

Yo creo, como Rafael Blázquez, que estamos ante una decisión injusta y antidemocrática porque ampara a un partido-estafa que funciona como una empresa y que se dedica «a usurpar y sobornar a candidaturas municipales nacidas bajo los principios éticos e ideológicos del 15-M».