Se fue de nuestras vidas, produciéndonos un gran dolor y mucha tristeza, Carmen López Román, una compañera. Mujer, libre y practicante de valores universales. Ciudadana feminista, comprometida hasta la médula en hacer de nuestra ciudad un espacio habitable y justo, por ende también el mundo. Autodidacta, maestra de saberes aprendidos desde la rebeldía y enseñados desde la comprensión y expresión más profunda.

Limpiadora... Cuidadora de su entorno y de las personas de la rodeaban, observadora inquieta del devenir de esa juventud que a diario trajinaba por su vida, cumplidora ejemplar de jornadas con sueldo de miseria... Estuvo activa en cuantas causas justas le fue posible. Habló a tumba abierta con todas las persona que quisieron escucharla... Y «el fruto de su voz se crecerá con el viento». Y no supimos de amarla suficiente hasta la noche en que la vimos inerte ya, callada y sin abrazos.

En el adiós, desde todas las orillas del río arrebatado de su vida, sentimos la necesidad de manifestarnos en el abrazo, el apego, el respeto, el reconocimiento, el amor a su inabarcable persona humana. Y lo hicimos juntas y de acuerdo, sin prepararlo. Nos desprendimos de ella amontonando, desde todos los lugares y personas que habitó, lo que nos brotó del alma, solo porque nos hizo falta ofrecérselo.

Singular compañera de tantas asociaciones de Mujeres, de agrupaciones políticas, de enclaves culturales emergentes, de entornos sociales tan diferentes, de universidades, de instituciones... De todos esos lugares llegamos... Y allí nos encontramos como una piña para despedirla, para rendirle homenaje.

La mayor instancia de la gobernanza de la ciudad, su compañera presidenta del Consejo Municipal de las Mujeres, su alcaldesa, rindiendo homenaje también a Carmen. Como una más, sin parafernalias institucionales, con ausencia de signos que no sean los del cariño colectivo y sincero hacia la persona: alto ejemplo de mujeres sencillas que, como ella, marcan estilo de saberes y haceres seguros, fuertes, de los que no necesitan alardes y pulsos violentos para hacer, cuando se trata de servir a la ciudad, desde el ser mujer feminista.

Carmen López Román en los papeles. Carmela, Carmelilla en los quereres, presidió con honra para todas, el Forum de Política Feminista. Es por esto y, por el amor y respeto que le profesamos, que sus compañeras del Forum, sus amigas, junto con otros colectivos y allegados, estuvimos presentes para hacer todo lo que se viera que hacía falta hacer por ella y para ella.

Con muchas muestras de afecto y cariño hemos dado y recibido condolencias y apoyo... Hemos asumido lo que nos ha encomendado la iniciativa colectiva, la de todas las personas que sintieron, como nosotras, la necesidad de compartir la pérdida de esta gran feminista que formará ya parte de la historia de las mujeres, de la historia de esta ciudad.

Por todo ello, desde el Forum de Política Feminista, hacemos pública nuestra gratitud más sincera. Ella permanecerá viva en el recuerdo.

<b>Carmen Flores. Forum de Política Feminista</b>

Córdoba