Este gobierno ha cometido errores. Sobre todo, uno, como fue permitir celebrar el 8M. ¡Qué lástima que este día no hubiese sido antes! Cierto que el ocho de marzo ya escuchamos campanas de lo malo que era el coronavirus, pero no tantas. De hecho, yo mismo, ese día, celebré el encuentro con mis amigos de la infancia. Los seres humanos somos así, tocamos el cielo a riesgo de morir por un digno fin y en un año especialmente trágico en cuanto al asesinato de mujeres por el gran hecho de ser mujeres. ¿Cómo renunciar a manifestación tan honorable sin saber bien la ruina que se avecinaba? Los ilusos del Gobierno querían celebrarlo a riesgo de enfermar como si no tuvieran inconveniente en pagar, con su salud, el alcance de la igualdad. Será una postura romántica y equivocada pero no hipócrita; y mucho menos asesina. Los hipócritas son los que dicen y no hacen. Pero este Gobierno tiene a la mitad de sus ministros enfermos. Llamen hipócritas a los que propugnan con sus palabras violentas el enfrentamiento social por rendimiento electoral. ¿Quién esperaba esto? Cierto que el político espectacular es el que adivina el futuro y en base a ello toma las medidas necesarias. Pero este virus ha roto esquemas. Miren los de Vox, que organizaron un mitin donde se contagiaron la tira. O analicen a la OMS, que tanto tardó en declarar el nivel de pandemia. O el súper Trump, que en un principio decía que estaban súper preparados y ha tenido que cerrar los aeropuertos. E incluso el gobernante inglés que hasta hace dos días decía que la economía era más importante que la salud y había que morir currando para crear la inmunidad de un rebaño (y lo que ha dicho el presidente de México, mejor me callo). También se achaca a este gobierno los alarmantes déficits del sistema sanitario; ¿es que creen que la escasez de camas y respiradores es de seis meses acá? ¿Y los pocos fondos destinados a investigación también son de hace seis meses? No nos enfrenten violentamente con palabras que incitan al odio. No llamen asesino al gobierno como están haciendo algunos adversarios porque han fallecido muchas personas y van a volver a la gente loca, provocando venganzas tan peligrosas para la convivencia como extremadamente injustas. Luchemos juntos que eso es lo que define a las grandes sociedades. Ya vendrán las urnas. Pero bastante tenemos con este virus que nos está impidiendo darnos la mano con lo importante que es eso en nuestra cultura. Lo asumo. Pero lo que no puedo asumir en medio de tanta tragedia, es que un sector político se esté frotando las manos por acceder al poder.

* Abogado