Hiroshima 6 de agosto de 1945. Tres bombarderos B-29 sobrevuelan la ciudad a las 8,15 de la mañana. Uno de ellos lleva el nombre de la madre de su piloto, Enola Gay. 43 segundos después la ciudad desaparece envuelta en un hongo atómico y en un millón de grados. A 1.130 metros del punto cero el templo budista Hosenbou y todos los árboles que le rodean se volatilizan. Todos …menos uno, que retoñará en primavera. Y que allí sigue como memoria viva de lo sucedido.

Córdoba, abril 1984. Gracias a una iniciativa de los Amigos de los Parques , socios de la entidad y niños, “bautizan” con sus nombres científicos a trece árboles de los Jardines de la Agricultura, nuestro más emblemático, antiguo e interesante espacio botánico de uso público. Todos incorporan una pequeña placa de plástico. Todos…..menos uno, único en ese momento en la ciudad, que la recibe de cerámica.

Octubre, 2014. Frente a la Puerta de Almodóvar se concentran algunos de los árboles de mayor envergadura de cuantos ofrecen sombra en nuestra capital. Todos son altos y frondosos. Todos…. menos uno, que acaban de plantar, conmemorando el Dia de los Mayores.

2011. La calle José Cruz Conde en su remozada etapa peatonal incorpora una novedosa hilera de árboles. Todos son magnolios. Todos….menos uno, que con aire de faro cantábrico vigila la intersección de la calle con sus vecinas Góngora e Historiador Díaz del Moral. Una zona desde la que cabe evocar tanto las grandezas de Roma como los infames vericuetos del antaño barrio de Trascastillo.

Marzo 2017. Esta vez no está solo, sino junto con otros cinco en el Parque de Miraflores. Plantando uno por cada año transcurrido tras la catástrofe de Fukushima el Ayuntamiento y la Asamblea Antinuclear quieren formar un pequeño bosque. De nuevo la radiactividad en el recuerdo..

Este singular protagonista, del que hay más ejemplares en Córdoba, tiene diversos nombres. Entre ellos el de árbol de la memoria porque, según la medicina tradicional china, de él cabe obtener principios terapéuticos que fortalecen el recuerdo y atenúan varios efectos de la vejez . Y puede vivir cientos de años.. No en vano el ejemplar de la Puerta de Almodóvar se plantó como una manera de mantener entre los ciudadanos la presencia y los problemas de quienes se adentran en la Tercera Edad.

Pero el Gingko Biloba, que tal es su nombre científico, es, sobre todo, un superviviente. Y así lo llaman los japoneses. Un ibakusha. Un auténtico fósil vivo de una especie que surgió hace millones de años y que es considerada la más antigua de la Tierra. Desde entonces sus variedades han ido desapareciendo poco a poco. Todas…menos una que se refugió en una pequeña zona del Asia central y que hoy se extiende de nuevo por parques, jardines y avenidas de todo el mundo. En todo ese tiempo ha desarrollado una gran resistencia y muchas singularidades acumuladas en un ADN tres veces más largo que el humano.

En Hiroshima fueron varios los gingkos que no perecieron. En cualquier caso, después de tal experiencia, nuestro ibakusha no debe sentirse muy alterado en Córdoba estos días de calor extremo porque, además, se permite el lujo de que sus hojas, formadas por dos lóbulos unidos -de ahí su apellido-, tengan la forma de pequeños abanicos. Todo un romántico. Como Goethe, que se inspiró en esta unión -“dos seres que tanto se comprendieron que decidieron unirse en uno solo”-. para escribir un bello poema a su amante Marianne. En las leyendas orientales es un valiente adalid contra los incendios y muchas multinacionales aprecian sus valores cosméticos. O sea que mantiene frescos los recuerdos, refresca el ambiente y le traen al fresco los grados. Como ven es muy completito.

Córdoba por tradición veterinaria es muy amiga de los animales. Por cultura popular y tradición, también de las plantas. Y debe cuidar y conocer sus árboles. Una manera fácil y amena de hacerlo es a través del libro del profesor de la ETSIAM Angel Lora González Árboles singulares de Córdoba, recientemente aparecido, que constituye una magnífica referencia sobre la que articular recorridos personales o turísticos

Y es que aunque la obra, como científica, proporciona los criterios de selección utilizados, no deja de admitir otros, subjetivos, derivados de vivencias, de anécdotas y de pequeñas o grandes historias. Todo suma. Leyéndola, podrán luego hacer muy buenos amigos. Porque, aunque no lo crean, con los árboles se puede dialogar. Los que procedemos de culturas celtas lo sabemos muy bien. Herencia druidica, dicen.

Además el gingko ha logrado en Córdoba un nuevo hito saliendo indemne de los tiempos en que los Jardines de la Agricultura acogían la Feria de Mayo. Homérico ¿ no?. Considérenlo un amigo solidario, cada vez más cordobés, bajo el montón de grados que nos caen encima estos días. Y, si logran entenderse con él, a lo mejor les gratifica con la pequeña brisa de sus mil abanicos.

* Periodista