Pues resulta que el Papa es todo un cocinilla. Francisco, que añade a sus estudios teológicos una diplomatura en química de los alimentos, guisa con pericia, le gusta comer sano y sencillo, con austeridad y un poco de vino, y, como buen argentino, toma mate porque dice que es más digestivo que el té o el café. Este es un resumen de los hábitos alimenticios que ha revelado Roberto Alborghetti en el libro ‘En la mesa con Francisco’. Esta obra, salpimentada con fotos familiares, reúne los platos preferidos del Papa hechos por sus padres y abuelos, que fueron quienes les transmitieron su saber gastronómico. El autor destaca que Francisco es aficionado a la «mesa dominical larga» y que repetidamente hace llamamiento para que no se tire comida.