Con mejores o peores datos, siempre empujada por las campañas agrícolas, la provincia de Córdoba continúa ofreciendo, mes tras mes y año tras año, una foto fija en el empleo que apenas varía. Empeoró sustancialmente durante los años de crisis económica, y ahora se recupera lentamente, pero sin crear puestos de trabajo de calidad (muy al contrario, la recesión y la aplicación de la reforma laboral han eliminado los empleos más estables, sustituyéndolos en el mejor caso por otros peor pagados y eventuales) y manteniendo la estacionalidad. Así, mejoran los datos --como ha ocurrido al cierre de octubre en nuestra provincia, mientras el desempleo crecía en las medias andaluza y española-- con los preparativos y desarrollo de las campañas agrícolas. Con la aceituna y los cítricos en ciernes, Córdoba cerró octubre con 77.598 parados, 396 menos que en septiembre y 6.303 que un año antes (-7,5%), convirtiéndose en una de las dos provincias andaluzas donde se redujeron los parados respecto del mes anterior. En la capital, por el contrario, subió el paro el mes pasado, reflejando la tendencia negativa del sector servicios. En el lado positivo, las pequeñas caídas del desempleo en construcción e industria, además de en la agricultura, y la mejora de la afiliación a la Seguridad Social, con 4.845 trabajadores más que en septiembre... Pocas alegrías y, sobre todo, poco cambio en una situación negativa estructural.