El empeño del independentismo catalán de transmitir que su movimiento es una balsa de pacifismo y comportamiento cívico hace aguas. No solo por enfrentamientos en manifestaciones, pintadas, amenazas y daños a establecimientos de personas no independentistas, sino por un clima de amedrentamiento que dice poco del talante democrático de sus impulsores. Es de una crueldad extrema la difusión a través de las redes sociales de la fotografía que permitirá a muchas personas identificar por su aspecto a la secretaria judicial que vivió el asedio del 20 de septiembre del 2017, y que declaró esta semana en el juicio del procés. Para ella, el miedo continúa.