Golpeó el martes el FMI con su informe de primavera convertido en el libro del apocalipsis 4.0. Y lo hizo para confirmar lo que ya se ha venido previendo por activa y pasiva: el impacto de esta pandemia será apabullante.

Su título, El gran confinamiento, remite a la excepcionalidad de una situación que no admite ‘relatos’. Lo que está ocurriendo se está viendo, sintiendo y sufriendo. Y solo por ello, tergiversar la realidad --manipularla, ya digo, es imposible-- es un esfuerzo deshonesto y, además, ridículo.

Nos pone el Fondo en la diana del daño macroeconómico junto a Italia, y no es una cuestión política. Ni siquiera territorialmente racial, en lectura del Eurogrupo, cuya falta de liderazgo está siendo, una vez más, proverbial. Es sencillamente un hecho sobre un cuadro macroeconómico --el nuestro, el español-- sobrepasado por un déficit público indomable --innecesario e injustificado nos pongamos como queramos-- y una tasa de paro estructural que no se combate con el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Según el escenario base de las proyecciones, nuestra caída este año y la respuesta el próximo está entre la mayor y la menor, respectivamente. Un ocho por ciento de caída del PIB en 2020 y un 4,3 de recuperación en 2021. Con todo, eso no es lo relevante. Lo peor es la altura histórica de la caída, ya que concentraremos este año lo perdido en seis, entre 2008 y 2013 algo más de un siete por ciento. La ironía es que será la mayor desde la guerra civil. Pura memoria histórica.

Con un puñetazo en la mesa como este, la falta de certezas y el exceso de ruido de nuestra respuesta económica --construida sobre la unilateralidad- debería acabarse de una vez. Entender el interés colectivo como una simple cuestión de supervivencia política forma parte de la debilidad congénita de nuestra economía desde siempre. Más allá del tejido pyme y de la falta de maniobra presupuestaria, la falta de liderazgo --es decir, la capacidad de llegar a acuerdos- es un lastre para afrontar una recuperación que se antoja decisiva para nuestro futuro como país.

* Periodista