Luego de 45 años, por fin se hizo justicia para Víctor Jara. Nueve militares han sido condenados a 18 años de prisión luego de confirmarse que no solo le destrozaron las manos, le cortaron los dedos para posteriormente cortarle dichas manos, sino que para más sadismo, le remataron de 44 disparos como así se ha demostrado en el reciente juicio finalizado este principio de julio. El fascio chileno no solo acalló la voz del pueblo a través de Allende, su máximo representante, también quiso destruir la voz del poeta, del cantautor, porque como sabemos, si se calla el cantor, calla la vida

Pero para este pequeño recuerdo/homenaje ya en la lejanía del tiempo, qué mejor que recoger (por la necesaria economía del espacio), algunos versos de un poema que en su tiempo le dedicara A Víctor Jara mi malogrado amigo Sebastián Cuevas en su libro ‘Los Proscritos’, en tanto convocaba a todos los canta/poetas y que decían... «Es por Victor Jara que os hablo/ le mandaron callar cuando iba a la muerte/ le cortaron los dedos de una mano/ y alguien dijo ‘¡Canta ahora, mierda!’./ ¡Y cantó!.../ ‘¡La otra mano!’, dijeron,/ Y cuando eran muñones/ las alas con que siempre acarició las cuerdas,/ le dieron la guitarra y ordenaron de nuevo:/ ‘¡Canta ahora, mierda!’.../ Y con la sangre, con la vieja, la inacabable sangre de los pobres ¡cantó!.../ Porque ya lo habéis dicho: ‘si se calla el cantor, muere la vida’».

Es por Victor Jara.