Nuestro actual presidente universalizará la educación de 0 a 3 años; y la peña aplaude. Incluso Unicef lo apoya. Yo flipo. Miren, a uno le da yuyu hablar de algunas cosas no vaya a ser que lo tachen de retrógrado. Pero adaptarse a los tiempos no impide que llamemos a las cosas por su nombre: estamos en crisis económica y muchas parejas tienen que currar ambos, independientemente de que el acceso de la mujer al mercado laboral haya colaborado enormemente en la igualdad de sexos y en la autorrealización social de las féminas (me pregunto si hay algo más que realice a una mujer que ser madre). Y no hablemos de otros ámbitos muy excluidos en el que el hombre está parado y la mujer tiene que trabajar por horas limpiando (que eso no es igualdad sino por supervivencia). Pero seguro que hay familias que currando solo uno podrían tener una vida digna. Lo que pasa es que prefieren tener las máximas comodidades materiales para los hijos y por eso curran los dos. Entonces entramos en una contradicción porque si trabajan ambos ¿quién se queda con el niño chico? O sea ¿quién le pone el cascabel al gato? ¡Eureka, que lo haga la educación de cero a tres años! Por lo visto, que las niñas y los niños vayan al cole con tres años ya no es suficiente. Ahora el más difícil todavía, el salto de cero a tres sin red. Vale, lo entiendo por aquello de la conciliación familiar, pero insisto en que no es una medida educativa. Que no digan que es por bien de los bebes y que les viene muy bien para al buen desarrollo de la interacción social y habilidades sociales futuras que eso es una puta mentira. Lo próximo será abrir el vientre a la mujer a los seis meses y colocar los fetos en aulas con incubadoras. Los niños más pequeños de tres años deben estar en su hogar con quien los ama de verdad. Porque, a diferencia de lo que dicen teorías psicosociales interesadas, la escolarización de cero a tres años resta la ternura necesaria que precisan los niños para forjar una personalidad normalizada en el futuro. Las niñas y los niños que gozaron de ese cariño no son personas complicadas y más que dar problemas suelen ser quienes aportan soluciones. Esta nueva propuesta de matricular en los colegios a los niños de 0 a 3 años beneficiara la conciliación familiar y laboral, colaborará en la liberalización de la mujer, permitirá llevar más dinero a casa, fomentará la igualdad laboral entre sexos... todo lo que quieran, pero no me digan que es una medida educativa porque hace aguas en la principal premisa y bandera que tiene el derecho de familia como es el interés del menor. Y termino con una antigua letra por bulerías que lo resume todo: «porque a los niños, antes de leche, dales cariño». Y si no, no los tengas.

* Abogado