Chino! En 2019 esta fiesta se celebrará el 5 de febrero y es el año del cerdo de tierra. No sé muy bien qué otros cerdos hay pero lo investigaré.

Empiezo una vez más jugando al despiste ¡cómo me gusta! aunque no es difícil adivinar cómo acabaré. Lo primero que me viene a la cabeza es cómo, cuando yo era pequeña, era raro encontrar por la calle a personas con rasgos que no fueran parecidos a los de nuestras abuelas, nuestros tíos, nuestras vecinas y vecinos. Luego empezaron las adopciones internacionales, las tiendas de barrio, gestionadas por gentes que venían de lejos, la emigración, así con E, de amigos, sobrinas, hijos. ¿Quién no conoce a alguien, más o menos cercano, que esté trabajando o haya trabajado en China? Y el turismo masivo. Cuando yo era pequeña, China estaba asociada a las novelas de Pearl S. Buck, Viento del Este, viento del Oeste (esta parte solo para nostálgicos de cierta edad) y a unas revistas ilustradas y películas en las que muchos malos eran chinos y siempre tenían cara de malos, piel amarilla, y unos rasgos asociados a la crueldad. Ya de mayor aprendí que la crueldad y la maldad no siempre están marcadas en la cara y que la tortura adopta muchas formas y es, desdichadamente, actual.

Pero dejemos los recuerdos. Hoy nuestras ciudades son mucho más variadas en sus habitantes y hay bares que celebran el Año Nuevo chino. También, importante, los dirigentes chinos se pasean por países cercanos, y por el nuestro, con el aplomo y la confianza de quien se sabe poderoso e intocable. Imposible escuchar a algunos políticos muy «amigos» de los Derechos Humanos, decir una palabra sobre China. Esta labor nos corresponde a los pesados de Amnistía Internacional, y a otros.

Amnistía Internacional considera el Año Nuevo Chino como «Un momento para los buenos deseos». Son muchas las personas por las que hemos trabajado en nuestras acciones que ya están en libertad o que han visto mejorada la protección de sus derechos. Así por ejemplo, el caso de la poetisa Liu Xia ha concluido con su liberación el pasado julio de 2018 y China le ha permitido salir del país con destino a Berlín. También a Ni Yulan se le está permitiendo vivir de forma estable en una casa después de años de acoso y desahucios. Hoy escribimos por: Guligeina Tashimaimaiti, estudiante uigur desaparecida; Dong Guangping, que fue policía hasta que en 1999 se le cesó por suscribir una carta pública y distribuir artículos conmemorativos del X aniversario de la represión de Tiananmen; Li Yuhan, abogada de 60 años con problemas cardíacos; Wang Quanzhang, abogado, incomunicado en un lugar secreto; Jiang Tianyong, abogado, torturado. Animo a quienes me lean a entrar en las páginas correspondientes y mandar cartas a las autoridades para apoyar a estas personas.

Solo no puedes, con amigos sí, se decía en la maravillosa La Bola de Cristal.

* Activista de Amnistía Internacional