Se ha cumplido un lustro desde que Felipe VI asumió la corona de España. Su presencia es un soplo de nuevos tiempos para la institución monárquica, para la vida política, económica y social, si bien es cierto que Felipe VI ha tenido que capear con muchos vendavales, como el panorama político, la crisis de Cataluña, que provocó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, lo que le llevó a pronunciar el 3 de octubre de 2017 un mensaje trascendental desde su proclamación, criticando duramente la actitud de los soberanistas.

La monarquía, en la persona de Felipe VI, ha demostrado ser una institución sorprendentemente adaptable y proporciona grandes dosis de estabilidad. Además Felipe VI está asumiendo la más alta representación de España en las relaciones internacionales. Tiene una gran capacidad para el sacrificio, un gran sentido del humor, sabe compaginar a la perfección su papel familiar con el profesional; la reina Letizia siempre está junto a él, formando un tándem perfecto para llevar las riendas del país.

Felipe VI toma parte, por lo tanto, de una generación de españoles que ha crecido en democracia, que por circunstancias se ha visto obligado a vivir momentos de cambios y desafíos históricos. Sobre la conciencia lleva la responsabilidad de ser un buen Rey, digno sucesor de su padre, Don Juan Carlos. Feliz cumpleaños, Majestad, que Dios le guarde y bendiga por muchos años, por el bien de España y de los españoles.