En la historia de España ha habido diversos momentos de desencanto y desafección política, cuando de hecho nos asociamos poco y participamos aún menos: con el solo hecho de invertir 10 minutos cada cuatro años en votar nos damos por satisfechos. Somos más de una cultura política heredera de la picaresca del Lazarillo de Tormes que de la ética del alcalde de Zalamea.

Uno de los análisis más sugerentes del libro El príncipe moderno de Pablo Simón gira en torno a la cuestión del federalismo como alternativa a la encrucijada histórica en la que nos encontramos en España. El politólogo expone los cuatro modelos de configuración del Estado: el centralista, el regional, el autonómico federal y el confederal. Considera superadas las dos opciones primeras así como la cuarta, mostrándose a favor de lo que califica como Federalismo cooperativo que sería de carácter unitario y solidario, que toma como referencia el modelo alemán de un autogobierno de las CC.AA y a la par un gobierno compartido federal.

Considera el profesor que nuestro país es un Estado de funcionamiento casi federal, que para serlo de pleno derecho habría que poner en marcha un Senado territorial previsto en nuestra Constitución de 1978 que daría lugar al Estado federal de las Autonomías. Defiende lo que se ha dado en llamar una federalizacion del Estado, a partir de una reforma de la Constitución, con el mayor consenso posible entre las fuerzas democráticas. Una mayor coordinación institucional entre el Estado y las CCAA, de mayor colaboración política tomando como referencia el Bundesrat alemán, contra un independentismo inadmisible, donde el encaje nacionalista sea a través de la lealtad constitucional.

Mejorar el vigente modelo de competencias como la financiación de las CCA, a la par que delimite claramente cuáles son los poderes del Estado central federal. En definitiva se trataría de un caminar hacia un Estado ir federal. El Estado se hace al andar...mediante reformas con acuerdos con una mayor integración intergeneracional. En definitiva se trata de ir construyendo un federalismo de carácter cooperativo unitario y solidario. Una mayoría de ciudadanos está a favor de esta opción.

Historiadores y políticos como Jover y Carretero, Peces Barba y Felipe González consideran a España como una Nación de naciones con una nacionalidad superior, España, junto a 4 nacionalidades (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), con una sola soberanía y un solo pueblo soberano, el pueblo español según la vigente Constitución de 1978.

El nuevo presidente del Senado, el filósofo Manuel Cruz, es además un político federalista, presidente de la Asociación de Federalistas desde 2013 que nos aclara que el federalismo actual no es centrífugo como piensan algunos, del pedir insaciable de los nacionalistas de cada vez más y más autonomía sino que por el contrario es centripeto, es decir que aúna las características de ser a la par, de carácter unitario y cooperativo.

Como federalista europeo tiene como referente el Bundesrat germano, que aplicado a la vida política española consiste en lograr reuniones periódicas de los presidentes autonómicos capaces de elaborar desde la colaboración leal un nuevo modelo de financiación autonómica y completarlo con reuniones de los consejeros de cada comunidade autónoma. Como catalán que se manifiesta de izquierdas, considera que es posible y deseable el encaje federal de Cataluña en una España federal como única alternativa válida a la opción soberanista que quedaría así bloqueada, siendo la solución federal la preferida por la ciudadanía española.

España es el único país de Occidente que ha restaurado la monarquia en el siglo XX, mediante una parlamentarizacion de la institución, por la cual el Rey solo reina, sin poder real que funciona de facto como una República de jefe hereditario, como afirma el republicanismo cívico. El verdadero dilema en España no es si Monarquia o República hoy, sino si hay mejor o peor calidad de la democracia. En todo caso es más compatible el federalismo solidario con el Reino de España que las pretendidas Repúblicas insolidarias de los populistas secesionistas partidarios de la autodeterminación, no reconocida por ninguna instancia supranacional.

* Profesor