Desde el 22 de marzo hasta el 25 de abril, esa es la horquilla temporal en la que cada año se puede celebrar la Semana Santa, periodo que toma como referencia la primera luna llena de la primavera y el Domingo de Resurrección, pero que en un futuro podría contar con una fecha fija. La tradición hunde sus raíces en la celebración de la pascua judía, vinculada al calendario lunar y a la resurrección de Cristo, pero también entran en el asunto otras confesiones cristianas. El papa Francisco ya tomó cartas en el asunto y se pronunció al respecto en el 2015 a favor de establecer una fecha fija para la Semana Santa, y apuntó a la segunda semana de abril. ¿Serían lo mismo los desfiles procesionales sin el acompañamiento de la luna llena?