En el año 64, Quinto Tulio Cicerón redactó un breviario (Commentariolum Petitionis) que sirviera de guía a su hermano, Marco Tulio Cicerón, como candidato al Senado, y le decía: «Por lo tanto, como aspiras al más alto cargo de la ciudad y como te das cuenta de los intereses que te son adversos, es preciso que pongas en ello toda suerte de ingenio, cuidado, esfuerzo y dedicación». No se pueden comparar aquellos comicios con los del pasado domingo, pero esa frase sí me hace pensar que los candidatos han hecho gala de esfuerzo y dedicación, y sin embargo, vista la campaña, no todos han demostrado ingenio y cuidado. Algunos de los que han carecido de esto último han visto empeorar sus resultados con respecto a los de hace cuatro años, pero han aparecido en la noche electoral eufóricos. Me refiero a lo acontecido en Madrid con el PP, pues en la Asamblea de la Comunidad ha perdido 18 escaños y más de 300.000 votos (del 33% al 22%), y en el Ayuntamiento 6 concejales y casi 200.000 votos (del 34% al 24%). En la Comunidad ha obtenido más votos y escaños el PSOE y en el Ayuntamiento Más Madrid ha sido la primera fuerza en votos y número de concejales. Sin embargo, en nuestro sistema electoral, a la hora de formar gobierno, lo que cuenta no es quién ha obtenido más votos, sino el que tiene apoyos suficientes para formar mayoría. Lo que ocurre es que tanto en un caso como en el otro el PP tendrá que contar no solo con Ciudadanos, sino también con Vox, una fuerza política de ultraderecha. Y no extraña que los populares pacten con quienes han salido de sus filas, pero sí sorprende que Ciudadanos esté dispuesto a formar parte de esos pactos. Claro que en realidad no es tanta sorpresa si atendemos a la deriva que esa formación política ha tenido en los últimos tiempos, las intervenciones de Rivera han dejado claro que no solo ha abandonado aquella definición de socialdemócrata que su partido tuvo en sus inicios, sino que también se aleja de los principios liberales, y ello no demuestra sino una inconsistencia ideológica que cada vez resulta más evidente. En todo caso, la euforia popular de la noche del domingo en Madrid se parecía mucho a la de Andalucía el pasado diciembre.

Los resultados en Madrid ensombrecen algo la victoria socialista, tanto en las elecciones al Parlamento Europeo, donde aumenta en seis los escaños y duplica los votos obtenidos en 2014. También es el partido que de forma global consigue mayor número de apoyos en las municipales (el 29% frente al 22% del PP), y además obtiene buenos resultados en las elecciones autonómicas, en unos casos con resultados contundentes como en Extremadura o Castilla-La Mancha, y en otros a la expectativa de los pactos que se puedan producir en los próximos días. Y si nos acercamos a nuestra provincia, en la capital nos encontramos con una situación parecida a lo expresado más arriba: el PP necesita un pacto con Vox, aunque en este caso haya sido la fuerza más votada, a pesar de haber descendido su apoyo con respecto a 2015. En los pueblos, los socialistas podrán conservar alcaldías importantes como Lucena, Puente Genil, Montilla, Palma del Río o Montoro, mientras que el PP consigue victorias aplastantes en Cabra, Priego o Pozoblanco, y en cuanto a IU quizás el resultado más destacable sea el de Aguilar de la Frontera. A la vista de los resultados, parece que los socialistas no han sabido, o no han podido, mantener la tendencia del pasado mes de abril, entre otras cosas porque en los municipios juegan otros factores que marcan la tendencia a un «voto dual». Sí parece claro que los ganadores han cumplido con otra de las recomendaciones que daba Quinto T. Cicerón: «Una candidatura a un cargo público debe centrarse en el logro de dos objetivos: obtener la adhesión de los amigos y el favor popular».

* Historiador