Los extremistas segregacionistas catalanes desprecian y amenazan a todos los que no piensan como ellos, a los que consideran sus enemigos. Muestran así un racismo extremo y una intolerancia total a la diferencia. Están utilizando incluso a menores de edad, para imponer su doctrina sectaria de pensamiento único. Pues bien, esa impostura totalitaria-absolutista-catalana, tiene un nombre: ¡Fascismo!