He ahí el problema: Las falsas noticias, las fake news. «Las redes enredan», se proclama ahora ante la avalancha de tantos bulos e informaciones falsas. Del teléfono fijo pasamos al móvil, de las llamadas al sms, del sms al whatsapp escrito y de ahí al hablado, esta moda que ha despegado a los móviles de la oreja y hace que tanta gente vaya por la calle hablando en voz alta. Y después, Facebook (2.100 millones de usuarios), Youtube (1.800), Whatsapp (1.300), Instagram, Twitter, Linkedin, Skype, Facetime, Viber, Spotify... Consecuencia: el periodismo se ha visto seriamente desorientado, sobre todo, aunque no solo, como industria y negocio. Y con él la sociedad entera, porque como bien sabemos, o sabíamos, una sociedad sin buen periodismo es menos democrática. Atrapado en las redes, el periodismo ha perdido calidad. Y en medio de todo, el fenómeno de las noticias falsas, que está causando una preocupación creciente, mientras las grandes compañías de internet no acaban de ofrecer soluciones prometedoras. Ante este panorama, la Unión Europea reunió un grupo de expertos para estudiarlo. Sus conclusiones son claras: se debe trabajar por la educación de los ciudadanos y apoyar el periodismo serio. Hace unas semanas vivimos un proceso completo: desde la construcción de la noticia hasta su difusión por las redes y sus consecuencias en la calle. El 15 de marzo, un vendedor ambulante de origen senegalés, Mame Mbaye, sufrió un ataque de epilepsia en el barrio madrileño de Lavapiés. Dos policías municipales acuden a atenderle tras el aviso de su acompañante, y llaman a los servicios médicos de urgencia. Pese a las labores de reanimación, el hombre muere de una parada cardiaca. Al poco comienza a correr en las redes sociales una versión de los hechos que aseguraba que el hombre habia fallecido por causa de una persecución policial. Y comienzan los disturbios, los enfrentamientos y los saqueos, originados por una «noticia falsa». ¿La solución ante las fake news? De momento, evitar soluciones drásticas y fortalecer el periodismo de calidad. Y algo vital: El problema está detectado.

* Sacerdote y periodista