Tras caer de forma considerable en bolsa durante esta semana, el consejo de administración del Banco de Sabadell tomó ayer la decisión de trasladar la sede social del banco a Alicante, en un movimiento que la entidad financiera atribuye al momento de incertidumbre política que se vive en Cataluña. La decisión del Banco de Sabadell llega después de que otra empresa, Oryzon, decidiese llevar su domicilio social de Cornellà a Madrid. En ambos casos, el anuncio ha supuesto inmediatas subidas en Bolsa, permitiendo que el Ibex 35 se recuperara de las caídas del día anterior. Hoy, el consejo de administración de CaixaBank se reunirá para decidir el cambio de sede ante la posibilidad de una declaración unilateral de independencia (DUI). También hoy el Consejo de Ministros estudiará aprobar un decreto ley que haría posible la salida exprés de empresas de Cataluña sin necesidad de que organicen una junta de accionistas, una fórmula con la que el Ejecutivo busca preservar la estabilidad del sistema financiero y demuestra el impacto que tiene sobre las empresas la crisis de Estado, indefensas ante unos mercados que temen una grave crisis económica y financiera en Cataluña. La caída en bolsa, que sufren otras entidades bancarias y empresas catalanas, explica esta decisión.

A efectos prácticos, la decisión de trasladar la sede (si no va acompaña de desinversiones y mantiene su actividad actual) tiene consecuencias fiscales, aunque también de imagen, y supone la plasmación de la onerosa factura económica de la independencia. Y crea una sensación de gran intraquilidad entre la ciudadanía

Son todas ellas razones imperiosas para poner fin al sinsentido que es el reféndum ilegal y unilateral. No solo están en juego la convivencia y el autogobierno de Cataluña, sino también la economía en un momento en que los ciudadanos aún no se han recuperado de la dura crisis de los últimos años. Es de ilusos o de irresponsables pretender (como aún hacía ayer el consejero de Economía, Oriol Junqueras) que la inestabilidad política no afectará a la actividad y a los negocios. El Sabadell y Oryzon no serán los últimos que prefieran tomar decisiones radicales a arriesgarse a la inestabilidad y la arbitrariedad legal.

Así, un nuevo frente se abre en esta situación provocada por una Generalitat que ha roto todas las amarras con la legalidad vigente. Sigue abierto el frente de la calle, con las situaciones que viven las fuerzas de seguridad en Cataluña y el anuncio de una nueva huelga general. Sigue abierto el frente institucional, con el Tribunal Constitucional suspendiendo la convocatoria del pleno previsto para el próximo lunes en el Parlament y la previsible desobediencia de los convocantes. Y ahora abre brecha el frente económico-financiero. Lo impensable está sucediendo, y es una pésima noticia para los ciudadanos catalanes y españoles.