Desde el principio, supimos que Equipo 57 en Córdoba podía convertirse en la exposición del año. Ahora que apenas se acaban de cerrar sus puertas, las 22.000 personas que han visitado la muestra en tres meses corroboran aquella alta expectativa. Podríamos ser complacientes por el éxito anunciado, pero los resultados también nos invitan a la reflexión necesaria para consolidar prácticas que nos permitan seguir impulsando propuestas a la altura de las demandas culturales de nuestro territorio. Y, efectivamente, la respuesta entusiasta de la gente nos tiene que hacer concluir que existe una necesidad en Córdoba no solo de espacios expositivos dedicados a la difusión, al debate y al pensamiento en torno a las manifestaciones artísticas contemporáneas, sino también de contenidos de calidad que ofrezcan significados capaces de establecer relaciones entre las expresiones plásticas y las personas que las disfrutan. En este sentido, creemos sinceramente que la comunión que se ha producido entre el centro de arte Rafael Botí y la exposición del Equipo 57 es buen ejemplo de ello.

Sin embargo, nada ocurre por casualidad. La idea de una exposición dedicada al Equipo 57 en Córdoba llevó prácticamente un año de maduración, aparte del esfuerzo para su financiación íntegra. En la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, concebimos una muestra digna del homenaje que, desde la institución provincial, se quería rendir al grupo artístico en el 60 aniversario de su creación. Pensábamos en una manera de corresponder a la predilección de este grupo de artistas por Córdoba, ciudad en la que más veces y en periodos más largos se reunió y trabajó. Y, en cierta medida, uno de los éxitos artísticos de la muestra ha sido, precisamente, el crecimiento de la relación entre el Equipo 57 y Córdoba. El interés que ha despertado demuestra que la ciudad ha asimilado al Equipo 57 como propio, mientras que el grupo puede sumar esta exposición a su destacada trayectoria en el arte contemporáneo español como un referente ineludible y singular.

En realidad, desde el principio, todo ha ido creciendo en este proceso expositivo. Al hacer el encargo explícito a Ángel Luis Pérez Villén para que actuara como comisario de la muestra, alargamos el hilo conductor que se inició en 1984, cuando la Diputación de Córdoba le publicó la primera monografía que existía, entonces, sobre el Equipo 57. También la decidida implicación de Juan Serrano y Juan Cuenca, dos integrantes cordobeses del grupo, ha agrandado las posibilidades de la propuesta museística y ha permitido al Equipo añadir una experiencia que nunca había tenido, la de ocupar un espacio de tres alturas vertebrado a través de la intervención en el patio que las conecta. Asimismo, ha habido que ampliar el plazo de la exposición algo más de un mes debido al gran número de visitas que ha recibido desde su inauguración.

Y, entre todos los datos halagüeños y de crecimiento que han rodeado la exposición Equipo 57 en Córdoba, hay uno que merece mención aparte. Se trata de los programas educativos que han atendido a más de 2.000 escolares de toda la provincia. Aparte de los 19 grupos de la capital, niños y niñas llegados de 22 municipios diferentes de Córdoba han podido participar en los talleres y visitas didácticas, espléndidamente coordinadas por Elena Moreno. La delegación de Cultura de la Diputación ha hecho el esfuerzo de garantizar los desplazamientos, pero el fruto de socializar el conocimiento y la cultura para que resulte accesible a personas de todas las edades y de todo el territorio ha resultado más que rentable. Una rentabilidad que se mide en el diálogo intergeneracional y espacial a través de las artes plásticas. Es una línea de actuación en consonancia con el compromiso que hemos adquirido para generar oportunidades dirigidas a creadores de la provincia. Porque la siembra de nuevos públicos artísticos y el estímulo para los posibles artistas del futuro son los que nos garantizan poder seguir creciendo en la relación entre cultura y ciudadanía.

Como suele corresponder a la época de inicio del año, una vez hecho el balance, hace falta expresar los buenos propósitos. En este caso, está bien claro. Empezamos 2018 con la ventaja de la experiencia y, por tanto, queremos que exposiciones como Equipo 57 en Córdoba no sean un hito, sino una costumbre en nuestra realidad cultural cotidiana.

* Delegada de Cultura, vicepresidenta tercera de la Diputación de Córdoba y presidenta de la Fundación Rafael Botí