La transmisión del evento hay consenso a diestro y siniestro en calificarla de mala, oportunista, a mayor gloria de los reyes catódicos, Tanto Monta/Monta Tanto/Sánchez como Calvo. Catódicos pues las no-imágenes fueron medidas al milímetro; los encuadres, picados y contrapicados se planearon como la mejor campaña bélica. Y eso es lo que fue, la penúltima campaña de estos reyes que nos auguran muchos más momentos de gloria vía TDT y plataformas varias. Sánchez tuvo que retirar al poco su comentario en Twitter contando que nunca lo habían felicitado tanto por la calle, y si lo quitó es porque el rey catódico quedaba desnudo una vez más ante su vanidad, la primera y última razón de ser del evento. Mientras el helicóptero subía y bajaba, y salía por la puerta grande el santo entierro, la ministra de la cosa y Notaria mayor del Reino (del Reino Catódico camino de las taifas de nuevo), Dolores Delgado, alias Información Vaginal Éxito Asegurado, oficiaba de riguroso negro y gris marengo y cara circunspecta. Hace muy bien Pablo Iglesias en decir que aquello parecía más un homenaje al yacente que una reparación histórica, con tanta pompa y circunstancia. Lo cierto es que si fue reparación, que no lo fue, ha sido venganza histérica, venganza de don Mendo y doña Menda, ay, con esa carita de amargura ella que podía haber salido también acompañando al de la expiración, detrás, que es lo que procede. La transmisión catódica fue, digo, penosa, como reconocen los hunos y los hotros. Para empezar, y por citar un par de cosas, aparte de Zapatero en plan más Míster Bean que nunca, los comentarios anti históricos, manipuladores y maniqueos de quien no tiene ni puta idea por no haber vivido la Transición en su mayoría. Como que la bandera del águila de San Juan es anti o pre constitucional (la Constitución que está en el atril de los salones de plenos de todos los pueblos tiene el águila), o que el monumento es un mausoleo y un adefesio, cosa que no, porque es una basílica, y diseñada nada menos que por Muguruza, Méndez, Taborda y Juan de Ávalos, que no es otro Juan precisamente. No entramos en si había que hacerlo, pero sí que se hizo fatal.

* Escritor @ADiazVillasenor