Gracias a Euroradio, integrado en la Unión Europea de Radiodifusión, a la que pertenece Radio Clásica de Radio Nacional de España, oímos el pasado domingo en directo un concierto de la radio pública eslovaca dedicado a música navideña de los países europeos, incluida España. Michel Plasson, que ha dirigido a sus 80 años una ópera, se ha referido al «poder místico» de la música que ennoblece. Gracias a Euroradio Clásica estamos en Europa para así ennoblecer nuestra sensibilidad y contrarrestar el anticlericalismo de la «nueva realidad». No llegan por desgracia estos acontecimientos a la gran masa de españoles que se asoman a diario a la televisión y a la radio comercial. La música culta no es asignatura básica en los planes de enseñanza. Lo más básico es la ideología, como demuestra bien a las claras la ‘ley Celaá’. La música ha desaparecido incluso de los seminarios. Había que suscitar en los futuros sacerdotes sensibilidad para comprender que las notas de un órgano o de un cuarteto de cuerda son más espirituales que tantas homilías dulzonas. Radio Clásica de RNE, por fortuna sin el peso de la ideología, emitió el día 24 el Oratorio de Juan Sebastián Bach. Sus celebres sonatas inspiran sincera espiritualidad. Me asomo a diario a las cadenas públicas alemanas, generalistas o no, donde es posible en Navidad asistir a conciertos de música navideña en las iglesias. Aquí se impone el «vade retro» antes de ofrecer un concierto dentro de un recinto sagrado. Nuestra Navidad gubernamental es la «fiesta de los afectos». Nos alejamos de la tradición y caemos en la cursilería.

* Periodista