Agosto es un mes no solo vacacional, sino intensamente cultural en muchos pueblos y ciudades. La cultura se hace comunicación directa y toma cuerpo en escenarios, pantallas, plazas abiertas al teatro, calles que se convierten en salas de conciertos, rememorando historias, tradiciones o sencillamente dando a conocer ese cúmulo de actividades que configuran la cultura de un pueblo. Hoy, en Hinojosa del Duque, último día de la representación de la Vaquera. Y el próximo, viernes, día 10, una nueva representación teatral, a cargo de Hicuarte (Hinojosa, cultura y arte), que pone en escena, en el Auditorio Municipal, la obra La herida luminosa, de José María de Sagarra, adaptada por José María Pemán. Hicuarte surgió como grupo cultural artístico-benéfico, en 1968, cumpliendo ahora sus bodas de oro, con una estela especialmente fructífera, habiendo representado más de 60 obras de teatro, contando tambien festivales, recitales poéticos y programas de radio, siendo el alma de tantas actidades, Pedro Calvo, junto a un largo elenco de actores y de actrices de la localidad. Ahora, dentro de las actividades culturales de agosto, Hicuarte nos ofrece de nuevo, una conocida obra de teatro, La herida luminosa, que fue estrenada en el Teatro Lara de Madrid, el 20 de diciembre de 1955, y posteriormente llevada al cine por diversos directores. En Hinojosa se estrenó hace 40 años, y ahora actuán los mismos actores de entonces, Matías González, Antonio Ripoll y Lola Redondo. Ambientada en la España de la década de 1950, se centra en la difícil relación en el seno de una familia burguesa, el doctor Enrique Molinos, y doña Isabel. Enrique recupera la ilusión en un nuevo enamoramiento, y su esposa se convierte en un obstáculo para sus planes de futuro por lo que comienza a concebir un asesinato. La trama de toda la obra es tensa, entre choques de unos personajes que se ven implicados en las tragedias que suceden. Aparece el hijo del matrimonio, en esta versión, sacerdote jesuita, recriminando la conducta de su madre, que casi desesperada suplica a su hijo: «Apiádate de tu madre. ¿Qué quieres de mi?». Y el hijo sacerdote le lanza una pequeña perorata para moverla a la conversión: «Que procures que tu fe se apoye en tu caridad. Que aun en estas circunstancias tremendas, no pienses tanto en el mal que te han hecho, sino en el bien que has dejado de hacer». Los nuevos tiempos que nos han tocado vivir quizás no capten bien el argumento de los hechos, pero el verdadero interés de la «herida luminosa» está en los principios que han de mover y orientar la conducta humana. Esa es la gran lección: la lucha del bien y del mal, la necesidad de afrontar nuestros problemas con rigor y sinceridad, la valentía de ser auténticos, teniendo en cuenta el daño y la destrucción que podemos causarnos y causar a los demás. El hijo sacerdote ofrece a su madre una espléndida clave evangélica para sus heridas: «Eso... Comprender. Esa es la palabra. Un pequeño esfuerzo y comprender. Todo el evangelio no es más que eso: una inmensa comprensión». Enhorabuena al grupo Hicuarte, por sus 50 años de alentar y sembrar cultura en la besana viviente de los hinojoseños.

* Sacerdote y periodista