No tengo el placer de conocerlo, pero que eso no importe. Soy una de tantas voces cordobesistas que han depositado tanta confianza en usted. Alabo la valentía de plantearse una inversión tan grande por un equipo que muchos dan por desahuciado. Pero tenga por seguro que somos miles los que iremos con este club al cielo o al pozo más profundo. Somos miles, como mis sobrinos que, bufanda al cuello, pasan el torno cada fin de semana para animar a su equipo. Somos miles, como las familias que tienen como gasto indispensable el abono, año tras año. Somos miles, como los que corean el himno y que orgullosos muestran que tenemos la mejor afición del mundo. Mire usted la que se forma cuando perdemos, imagínese que ganamos. Somos miles, como se reunieron en Las Tendillas el año del ascenso. ¿Quiere volver a vivirlo?

Me permito el lujo de darle un consejo. Acérquese a la gente y acerque al equipo. Córdoba idolatra a sus jugadores, pero sobre todo simpatiza con los que se dejan el pellejo. El buen Santos --dueño del bar donde se comen las mejores tortillas de Córdoba-- me cuenta una y otra vez la anécdota de que a un antiguo presidente del club, ante una mala racha le dijo: «traeme a los jugadores y los invito a tortilla y verás como no vuelven a perder más». Se acerca un nuevo partido y puede ocurrir de todo, pero que sepan que estaremos allí para empujarlos. Dígales que estamos orgullosos de ellos; que, cuando se aten las botas y se pongan esa remera blanquiverde, sientan como el escudo se clava en su pecho. Por supuesto que es solo fútbol y hay cosas mucho más importantes pero tienen que saber que, para muchos de los que los esperan al salir del vestuario, esos noventa minutos son su momento de olvidar los problemas. Cada carrera, cada regate y cada gol es la fuerza que muchos necesitan.

Queda usted invitado a una cerveza en mi humilde púlpito, por donde pasan tantos cordobesistas como por el estadio. Y tráigase a Reyes para que conozca al Gran Capitán que preside la plaza. Llegarán momentos malos, pero no dude que esta afición sabe agradecer esfuerzos como el suyo.

* Escritor