Me he instalado en esta ciudad para esperar en ella el fin del mundo...». Así se expresa Bruno, el protagonista de la última novela de Antonio Muñoz Molina titulada Tus pasos en la escalera (2019), donde nada es lo que parece ser.

Atrás queda su vida en el Nueva York del 11 de septiembre para instalarse ahora en la Lisboa del ancho Tejo, que se asemeja al Hudson, entre la niebla húmeda y el olor profundo a mar, mientras espera a su amada Cecilia que nunca llega...

El autor de El invierno en Lisboa vuelve de nuevo a esta ciudad con un relato más de autoficción que biográfico. Es una novela de suspense psicológico acerca de cómo emprender una nueva vida, mientras se avecina el Apocalipsis, que ya está aquí entre nosotros en forma de cataclismo ecológico.

En el mundo pavoroso de Trump y su troupe ultraplanetaria busca refugio en la ciudad lisboeta, con una serenidad asustada, temeroso de pánicos retrospectivos, expulsado del mundo práctico tras la jubilación, ni feliz ni resignado, tiene la sensación de derrumbe depresivo, de aquel que está a punto de perder el control de la realidad.

El miedo que no duerme nunca es el que nos permite sobrevivir. El escritor pone cosas suyas en el personaje de ficción, que tiene que enfrentarse al frágil sistema económico internacional, al cambio climático, a los sátrapas que gobiernan en países importantes, a las migraciones humanas, a los huracanes devastadores y a los fondos marinos esquilmados, que no auguran nada bueno.

Se trata de ganar la batalla contra el tiempo o la alternativa es la desolación. Lo único que le queda ante lo que se le viene encima es la indiferencia ante el fin del mundo o bien mantener una actitud vital de curiosidad ante lo cotidiano, el sillón de leer, la paciencia de seguir observándolo todo, sin prisas por reaccionar porque la acción es algo que está sobrevalorada. Elogio de la pereza, de no hacer ninguna actividad, de quedarse en un habitación como el capitán Nemo y disfrutar de ver pasar las cosas.

Rodeado de músicas, de libros, conexión wifi y smart tv, como un Robinson Crusoe urbano que mira el horizonte en busca de una luz. Aspirante a Montaigne se recluye en una habitación propia con vistas 2.0

Muñoz Molina, maestro del detalle nos muestra a un solitario propenso a la quietud taoísta y la holgazanería de los jubilados, que en portugués llaman reformados. Propenso a formar parte de la ciudad donde vive, que encuentra belleza en lo pequeño y en lo cotidiano que ya es un disfrute en sí mismo.

Con un desenlace sorprendente.

* Profesor