Los obtusos y quejumbrosos nacionalistas catalanes, radicalizados e intransigentes, aún persisten en la fraudulenta apuesta por el subvencionado negocio de la secesión anticonstitucional, contraria a lo indicado al respecto en el artículo 2 de la Carta Magna de 1978, que fundamenta la indisoluble, y por tanto indivisible, unidad de la nación de los españoles, patria común de los aceptados como tales, que a la par reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran, así como la solidaridad entre todas ellas.

Tropa a la que, a posteriori del fracasado y además por imposible golpe de Estado, las lanzas se les han vuelto cañas, aunque anda camuflando el fiasco sufrido revistiéndolo de inventados, por falsos, sacrificios y mendaces heroicidades, al igual que unos ya ofician de abnegados mártires, mientras algún otro lo hace de malvado felón, pero continuando todos con la infausta tragicomedia. Incluso hay quien ha pasado de un día para el siguiente de líder y principal voz del independentismo a persona disciplinada y constitucionalista, acatando al efecto (aparentemente) lo ordenado por la ley (por lo que económicamente su cargo institucional deviene, como por no alojarse sine die en el hotel Las Rejas). Como también la mendacidad alcanza a quien provoca propalando infundios sobre callejeras violencias sangrientas, alimentando así el afán de la independencia imposible. De semejante modo entre esa horda se sitúan los que se ponen de perfil nadando en esas revueltas aguas mientras guardan el viejo y gastado ropón, tanto el conservador como el revolucionario.

Sin embargo, la cuestión no sólo afecta al nefasto secesionismo nacionalista catalán, siendo asunto importante, sino a España por extensión. Una ecuación cuyas incógnitas debe despejar la ciudadanía toda al efecto convocada para establecer una alianza colectiva con el propósito de su adecuación a los nuevos tiempos, consolidando su fortaleza como país, que sin privilegios ni concesiones garantice sus y nuestras libertades y derechos.

* Doctor Ingeniero Agrónomo. Licenciado en Derecho