Vaya por delante que soy funcionario de la escuela pública y que no tengo absolutamente nada en contra ni de la escuela privada (pagada exclusivamente por las familias que así lo desean) ni de la escuela privada concertada (que esa sí la pagamos con los impuestos de todos). Son modelos diferentes con un tratamiento desigual por parte de la Administración.

En estos días se está procediendo al estudio de la renovación de los conciertos económicos. Desde la Delegación de Educación deben emitirse unos informes para que sean estudiados en la Consejería de Educación, quien finalmente resolverá.

Ante esta realidad, me planteo las siguientes cuestiones:

1.- ¿Cuáles han sido los motivos por los que los centros concertados suspendieron las movilizaciones previstas para el sábado 18 de febrero? ¿No querían «coincidir» con la manifestación en defensa de la Escuela Pública prevista para ese mismo día o es que ya se les había resuelto su concierto?

2.- ¿Hay que seguir concertando plazas educativas en centros privados cuando existe oferta de plazas en centros públicos?

3.- Y lo más importante: si tanto la escuela privada concertada como la pública son financiadas con los impuestos de todos, ¿por qué no planteamos una igualdad de condiciones? Es decir, que ambos modelos exijan a su profesorado superar un concurso-oposición, trabajar años fuera de tu residencia habitual hasta conseguir los méritos suficientes para escoger el puesto que deseas y tener un contrato indefinido. Que ambos modelos tengan un cupo para acoger alumnado con trastornos de conducta e inmigrantes. Que ambos modelos no impongan una indumentaria obligatoria y sexista a su alumnado. Que ambos modelos cuenten con los recursos económicos necesarios para poder promocionar sus centros en vallas publicitarias, cuñas de radio o alquiler de stands. Que los conciertos alcanzados sean revisados anualmente, ya que las circunstancias cambian.

La gran mayoría de la escuela concertada se encuentra agrupada en las Escuelas Católicas, un grupo de poder que influye, apoya y sostiene a sus trabajadores. Por el contrario, es necesario y urgente que la Consejería lance un plan de apoyo a la Escuela Pública ya que no tenemos otro patrón que nos impulse. Si queremos igualdad, que sea para todos y jugando con las mismas reglas.

<b>Guillermo Salinas Ayllón.

Funcionario del Cuerpo de Maestros.</b>

Córdoba