El fallecimiento de Carme Chacón ha conmovido a la sociedad, por su juventud y sus méritos, su valentía en la defensa de la mujer (una ministra de Defensa embarazada pasando revista a las tropas, gesto entonces denostado y ahora tan valorado) y en materia política, cuando discutió a Rubalcaba la dirección del PSOE. Ahora, más tranquila, alejada de la primera línea política, su corazón la ha traicionado, concitando el unánime dolor de sus compañeros, que acudieron, junto con políticos y personalidades de todos los ámbitos, a la capilla ardiente en Ferraz. Lástima que los anunciados contendientes de las primarias socialistas, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, no hayan coincidido en una misma foto unidos por el respeto y el dolor.