No, el Gobierno de Rajoy no es fascista. Tampoco franquista. El Gobierno de Rajoy es, simplemente, un gobierno de derecha. Sí, derecha. A veces, con tanto discurso nacional, se nos olvida que existe un eje social. El Gobierno del PP es un gobierno de derecha. Y corrupto. El Gobierno de la reforma laboral, de los dogmas económicos puestos al servicio de los poderosos, de la ley mordaza para controlar las protestas, de los recortes, de la desigualdad creciente, de los empleos precarios, de la incapacidad para apostar por la educación y, sobre todo, de la insolvencia a la hora de tener una idea de España más allá del centralismo de sus intereses. No, el Gobierno de Rajoy no es fascista. Pero insiste en ocultar bajo la bandera, cada vez más grande y más agitada por la ultraderecha, una corrupción que ya no hay trapo que la cubra. También es el gobierno de la intransigencia y de la inutilidad para crear una sociedad avanzada y cohesionada.

No, el Gobierno de Rajoy no es una dictadura. Y calificarlo así quizá enriquezca el relato del independentismo, tan tendente a la épica y a no asumir los errores propios, pero solo contribuye a magnificarlo. No, el Gobierno del PP no es un monstruo opresor ni hace falta que se muera en la cama. En la caricatura, en la mentira, no encontraremos la fuerza para vencerle. La alternativa solo está en las urnas. Siempre que nos dediquemos a alzar puentes entre la oposición. Con honestidad.

* Escritora