El día 18 de noviembre de 2017 será un día para la historia, especialmente para los policías y guardias civiles de este país, ya que más de 70.000 personas entre miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, familiares y amigos se concentraron en una gran manifestación en Madrid. Por fin se consiguió la unidad entre todos. Pero el recorrido no ha sido fácil ni corto, eso sí se lo han ganado a pulso todos los gobiernos de los últimos 30 años hasta hoy. Y es que cuando la maquinaria del poder aprieta y aprieta al final saltan chispas y no precisamente como las de «Rozalén». Hay que remontarse al 17 de diciembre de 1976 en Madrid también, donde un puñado de la entonces Policía Armada y Guardias Civiles se manifestaron tras celebrar una asamblea en la plaza de Oriente para dirigirse posteriormente hasta el Ministerio de la Gobernación con la intención de entregar un escrito al ministro de turno, Martín Villa en este caso, con una serie de reivindicaciones profesionales y sociales. A esa manifestación se la denominó como la de la Seguridad Social (policías y guardias civiles dependían de la sanidad militar). No fue gratis, tanto unos como otros fueron sancionados duramente pero ese fue el germen del movimiento sindical y asociativo en las FCSE. Han tenido que pasar 41 años para que de nuevo policías y guardias civiles se unan en una causa común esta vez bajo las siglas de una asociación Jusapol (Justicia salarial Policial) para decirles al Gobierno y a la sociedad española que ya vale de injusticias y discriminaciones. Cierto que los recientes acontecimientos en Cataluña han ayudado, curiosamente, para trasladar una reivindicación gracias a la incompetencia política de unos y la mala leche de otros, hay mucho rufián por ahí, así como unas desafortunadas actuaciones policiales por parte de la policía autonómica catalana, teledirigida por unos presuntos delincuentes y que no estuvieron a la altura de un cuerpo policial, eso sí muy bien pagados por todos los españoles. Los policías estamos para velar y hacer cumplir las leyes y resoluciones judiciales, no para jugar a juegos de tronos independentistas y fuera de la Ley, así que tomen nota algunos porque por mucho, muchísimo menos, guardias civiles han ido a prisión.

Dentro de este maremágnum político-policial-económico seguimos estando los guardias civiles, que con mucho arrojo y decisión desde esa manifestación del 76 nació el SUGC (Sindicato Unificado de Guardias Civiles) clandestino y perseguido hasta la saciedad, siendo castigados muy duramente numerosos guardias civiles que no cejaron en su empeño de democratizar y mejorar la institución; pasando por Coproper 6-J (Coordinadora pro perjudicados por la gestión de un tal Luis Roldán, socialista, que llegó a ser director general de la Guardia Civil), hasta la que hoy es AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) asociación profesional mayoritaria en la Guardia Civil y que ha organizado las dos mayores manifestaciones de Guardias Civiles una en el año 2006, de paisano y otra el 2007 esta vez de uniforme, con dos... como diría el gran A. Pérez Reverte.

Nadie nos ha regalado nunca nada, somos muchas veces el epicentro de las iras sociales, terroristas, delincuenciales y políticas, aguantamos lo indecible pero esta vez hemos dicho basta ya, basta de engaños y mentiras, basta de pasarnos la mano por el hombro y decir qué buenos somos; seguiremos igual, pero con un salario digno porque a igual trabajo igual salario y si me apuran ¿por qué no más?, tenemos más competencias, muchas más. Guardias Civiles y Policías unidos en una causa común y que además es de justicia, simplemente justicia policial y social. Y 800 euros de media en la nómina que no es moco de pavo.

* Secretario de Comunicación de AUGC en Andalucía