El próximo domingo, 11 de noviembre, se cumplirán 208 años del nacimiento de la más antigua institución cultural de Córdoba, la Real Academia, que desde que surgiera al calor de las corrientes renovadoras de los ilustrados del siglo XVIII no ha cesado de irradiar conocimientos e impulso humanístico a la sociedad de la que se sabe servidora. Tampoco ha estado ausente en su larga existencia --a veces luchando contra viento y marea-- el constante deseo de abrir nuevos caminos que garanticen no solo su supervivencia sino una continua superación. En este sentido, demostrando una fertilidad casi contra natura, la bicentenaria institución ha sido este año madre de una criatura que llega al mundo para rejuvenecerla, aportándole renovadas ganas de vivir y, en la medida de lo posible, cierta alegría económica, de la que tan necesitada se halla la corporación decana. Se trata de la Fundación pro Real Academia de Córdoba que, tras su presentación oficial el pasado mes de junio, esta semana ha dado a conocer el amplio programa que desarrollará en paralelo al de la propia Academia, cada vez más activa en materia de jornadas, publicaciones y presencia física en la provincia --numerosas localidades la solicitan--, sin olvidar sus sesiones públicas de todos los jueves.

Sí, esta Academia que dirige con entusiasmo José Cosano, como antes lo hiciera Joaquín Criado --empeñado también en ensanchar sus horizontes--, no para de ponerse nuevas metas que la abran más a la comunidad científica y a la sociedad en general. Y una de esas metas, quizá la más ambiciosa, es esta hija aún en pañales que llega con su pan debajo del brazo. Gestada con la intención de traspasar los límites nacionales, promoviendo su presencia tanto en Europa como al otro lado del Atlántico, la Fundación pro Real Academia se ha propuesto, a la vez que apoyar las actividades relacionadas con las ciencias, la historia, las letras y las artes de su progenitora, servir de instrumento a la marca Córdoba y de esa forma contribuir al desarrollo de nuestra ciudad. Por eso uno de los platos fuertes del curso será la presentación de unos premios anuales que, asociados a la marca distintiva de la fundación, reconocerán a personas e instituciones que proyecten a nivel internacional los valores culturales y humanos que nos son propios. Para ello, según anunció Cosano, se contará con la colaboración del Parque Joyero, que diseñará el galardón.

Pero en el acto inaugural del curso --cuya conferencia corrió a cargo de Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol y de la Asociación de Fundaciones Andaluzas--, se dieron a conocer otras muchas propuestas; entre ellas un Foro de Debate sobre temas de máxima actualidad, siendo el primero Vivir en el casco histórico: ventajas e inconvenientes, en el que participarán Ayuntamiento, asociaciones de vecinos y urbanistas. Junto a las aulas de teatro, poesía y la Tribuna Joven, se pondrá en marcha un ciclo de entrevistas en directo por el que pasarán destacados personajes cordobeses, algunos residentes fuera. Otra línea de actuación será el apoyo a los jóvenes creadores, centrado este curso en la música a través de alumnos del Conservatorio Superior.

Y la música será asímismo la que sirva de puente para actividades sociales con dos conciertos benéficos, uno en Navidad, con la participación de diversas corales en el Círculo de la Amistad, y otro previsto para la primavera en el que actuará la Orquesta de Córdoba. Para todo ello será imprescindible la respuesta generosa de Córdoba, en quien la Academia y su fundación, confiada en la llegada de protectores, benefactores y amigos, tienen puestas sus esperanzas.