El diestro valenciano abrió ayer la puerta grande de Los Califas. Los trofeos le llegaron en el cuarto toro de la tarde, dos orejas tras una labor muy completa con el capote y la muleta. Enrique Ponce supo llevar al toro muy cosido al trapo e imprimir mucho temple. Además, el cierre de faena tuvo mucha variedad. La ligazón y la elegancia fueron las mayores virtudes del triunfador del ciclo.