Es sorprendente el mutismo del presidente de Francia ante el mayúsculo escándalo sobre su guardaespaldas, que golpeó a manifestantes haciéndose pasar por policía. Las últimas revelaciones sugieren que el propio Macron le protege. La polémica se aviva con un goteo diario de nuevas revelaciones sobre el status de Alexandre Benalla, que dispone de coche oficial y otras prebendas.